MUSEOS DE HOY
Desde el primer momento que el Museo de Arte del Centro Cultural de la Universidad del Magdalena en Santa Marta abrió las puertas a la comunidad, tenía bien claro que no iba ser un sitio más para colgar cuadros, como tantos otros.
Si algo se sabía era que no se podría repetir la historia de tantos museos en Colombia en los cuales se han invertido grandes presupuestos y se inauguran con bombos y platillos y al poco tiempo después terminan siendo solo espacios de exposición de obras con planes de trabajos que se enfocan exclusivamente a la promoción de algunos artistas y, en otros casos, a la comercialización del arte donde los visitantes que toman parte en ellos se ven limitados a hacer recorridos casi siempre lineales repetitivos y caracterizados por procesos plásticos poco innovadores.
Más aún si tenemos en cuenta que la obra en el arte contemporáneo, comienza a perder vigencia desde el momento mismo en que es limitada solo a la relación puramente visual entre ésta, y el espectador. Por eso más que plausible y de gran importancia entonces que una actividad pedagógica adjunta, clara y de fácil entendimiento tanto en los procesos plásticos como en los conceptuales, con guiones espontáneos, de vocabularios sencillos adaptados a un contexto social histórico real. Se haya constituido en la base fundamental del recorrido, dentro de la visita a este museo de arte. Ya que de esta forma se reactivan los procesos creativos y la crítica, que fomentan el desarrollo del conocimiento artístico y por supuesto hacen más amable y divertido el momento educativo.
Todo esto se hace más necesario si lo basamos en un hecho que quedó bien claro en el coloquio sobre la Educación en los Museos, que llevó a cabo el Museo Nacional de Colombia en 1999, cuando en su ponencia el Director de Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia el economista Rafael Abad López anotaba que:
“los
objetos, las obras, los especímenes hacen parte de la colección de un
museo pero que estos no son un museo, y que son las personas, los
divulgadores, los monitores y los guías. Quienes establecen la relación
entre estas y los visitantes,”
y es partir de esta relación como se logra construir significados.
Claro que esto debe ser además una actividad establecida desde la responsabilidad intelectual del mismo museo como así también lo anotaba Antanas Mockus en el mismo coloquio y cito textualmente: “El más vulgar o elemental de los objetos, una vez pasa por las puertas de un museo y es integrada a la colección o a la exposición se convierte en algo radicalmente distinto. Entonces ese poder de decir «Esto amerita esa re contextualización, esto amerita convertirse en reserva de sentido, en reserva de testimonio. De huella que tiene una sociedad”.
Y cerraba su ponencia con una frase tan hermosa como cierta que debe estar de primero en la misión de todo los museos de Colombia y del mundo “el museo debe ayudar a asumir nuestro pasado en función de nuestra visión de futuro”.
Esa debe ser la función principal y de esencia de los procesos educativos de un museo, sobre todo, para los museos regionales o universitarios.
Claro que esto debe ser además una actividad establecida desde la responsabilidad intelectual del mismo museo como así también lo anotaba Antanas Mockus en el mismo coloquio y cito textualmente: “El más vulgar o elemental de los objetos, una vez pasa por las puertas de un museo y es integrada a la colección o a la exposición se convierte en algo radicalmente distinto. Entonces ese poder de decir «Esto amerita esa re contextualización, esto amerita convertirse en reserva de sentido, en reserva de testimonio. De huella que tiene una sociedad”.
Y cerraba su ponencia con una frase tan hermosa como cierta que debe estar de primero en la misión de todo los museos de Colombia y del mundo “el museo debe ayudar a asumir nuestro pasado en función de nuestra visión de futuro”.
Esa debe ser la función principal y de esencia de los procesos educativos de un museo, sobre todo, para los museos regionales o universitarios.
En la Santa Marta de hoy una de las ciudades más antiguas del continente existe la obligación y ya se está en mora de que los entes educación públicos y privados, los gubernamentales y culturales forjen nuevos mecanismos y replanteen estrategias que permitan la búsqueda de ese rencuentro entre la comunidad con su identidad.
El arte ha sido y será siempre una de las herramientas más efectivas que han utilizado las grandes culturas para lograr este objetivo.
Los museos del presente y del futuro no se deben limitar a reconocer el potencial plástico de los artistas, la tarea debe ir más allá. Los museos deben ser ejes esenciales en la transmisión del conocimiento y la cultura para las nuevas generaciones.
RENE ESCORCIA B.
Bibliografía:
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