viernes, julio 21, 2006

CONFORMACIÓN DEL CONCEPTO DE ESTADO ESPIRITUAL DE DERECHO Y LOS REGIMENES INMATERIALES RURALES O SIMPLEMENTE -ZAPAYAN-



CONFORMACIÓN DEL CONCEPTO DE ESTADO ESPIRITUAL DE DERECHO Y LOS REGIMENES INMATERIALES RURALES O SIMPLEMENTE  -ZAPAYAN-



Parte 1   
Los Guerrillos.

Haré mi mayor esfuerzo literario para que Esta historia no tenga nada que ver con política o con cosa alguna que se le parezca Y antes que todo quiero dejar algo bien claro, sólo cuento con la experiencia que me dan las anuales vacaciones que en mis 28 años de vida con las cuales he podido disfrutar de un próspero municipio a la orilla de la Ciénaga de Zapayán.

Recuerdo con impresionante claridad un pueblo sencillo, de los que sólo existen en la memoria de los pocos que allí viven, ubicado en el último recodo de una ciénaga todavía hoy desconocida, bueno a decir verdad que se empezó a hacer famosa desde que una noche como a eso de las 9:00 p.m. y en la plenitud de la dictadura de los mosquitos se escuchó por todos los rincones del pueblo un estallido seco, corto y casi indescriptible. Que despertó no sólo del sueño sino también del raciocinio de los pobladores que se asomaron a las puertas de las casas y como con un ataque colectivo de sonambulismo.

El momento era tan incierto que sólo alcanzaba para una cantidad innumerables de caras mudas en medio de la umbra.
  -Una centella.
 Alcanzó a decir un niño de unos 14 años de edad quien su abuelo callo en el acto. De un tapabocas que casi le saca sangre.  
 
Lograron transcurrir unos seis u ocho minutos desde el extraño sonido, cuando a Aquileo un joven recién casado y con machete en mano le hizo una seña nerviosa a su mujer para que le trajera las abarcas. Y fue entonces cuando el pueblo fue invadido por un murmullo de vocecillas cual enjambre de avispas.
  -una centella! 
Volvió a expresar el niño ahora con mejor suerte,              
  - si… debió de ser eso.                    
Dijo su abuela quien daba media vuelta lentamente para volver a su cama de tijeras
  -No.
Replicó su apresurado esposo.
  -Sonó como cuando a el negro Andrés de la Cruce le disparo la…
Fue cuando entonces empezó una impresionante descarga de todo tipo de detonaciones y zumbidos de la cual nadie tenía idea pero se imaginaban, ya que unos días antes se habían visto por el pueblo un número alarmante de extraños forasteros que no dijeron nada a nadie pero que alcanzaron a incomodar a todo el mundo porque estos contaban dentro de sus pertenencias visibles, armas de las que disparan una bala tras otra. Desde esa noche la mentalidad de los habitantes cambió de una forma definitiva, ya fue necesario incluir dentro de sus limitados repertorios mentales la sensación del miedo, y no era el miedo del que causaban los espantos del cementerio, tampoco del que todo el mundo fue preso y los puso a rezar, cuando unos años atrás un inolvidable aguacero de tres días acompañado de un huracán que durante media hora circundo completamente el pueblo. Y como una turbina gigante cargo gran cantidad de agua de la Ciénega, Eh hizo llover peces. Este era un miedo completamente distinto, un miedo moderno, porque este en especial venía cargado de un poco de desazón mucho de impotencia y algo de admiración. Fue la noche más larga de la que se tenga conocimiento alguno, y en el que todo el mundo volvió a sus camas sin pensar en que sus vidas corrían peligro ya que este miedo no trajo consigo el ahora famoso mecanismo de auto protección. Por momentos se aplacaba y parecía como si la brisa se llevara las detonaciones hasta el otro lado de la Ciénaga y las volviera a traer. Como al vaivén de una gran Hamaca.

Esa noche nadie se acordó que a las cuatro de la mañana había que hacer el tinto y poner a cocinar la yuca, extraña mente y por primera vez en sus vidas a todos los cogió el día acostados y con una rara sensación de no querer hacer nada. Poco a poco se fueron reuniendo en la escalera de 6 peldaños de la puerta de la iglesia y sin que nadie se atreviera a tomar la vocería se volvió a sentir el enjambré de avispas que se interrumpió cuando un peón de una finca aledaña venía chapaleando entre el barro gritando encima de un mulo y con voz casi ronca
-Los guerrilleros!-
-Están en La Poderosa, la finca de Don Manuel Julián-

Y sin que aun nadie tomara la iniciativa pero como si fuera una gran procesión, empezaron a caminar en un pequeño rio humano conformado por hombres, mujeres, niños, ancianos, Caballos Hasta los perros, en dirección contraria a la Ciénaga. Cuando la gran movilización llegó a la entrada de La Poderosa, enmarcada por dos árboles de Camajarù se encontraron con que en ese sitio la noche anterior se había librado una impresionante batalla tipo película Alemana, de la Segunda Guerra Mundial, pero sólo se veía por doquier charcos de sangre y casquillos de bala que los chicos empezaron a recoger.

Detrás de un matojo de escobilla y bajo el asombro de los presentes encontraron el único cuerpo sin vida que habría dejado aquel encuentro bélico. Una hermosísima mujer de unos 18 años con facciones de gente turca, que estaba completamente desnuda por lo que se notó bajo las miradas atónitas, que en vida, hubiese podido ser reina de belleza o algo parecido… Uno senos increíblemente redondos una piel blanca donde sólo se le alcanzaban a ver a la altura de las piernas las innumerables ronchitas por las picaduras de mosquitos, y unos ojos verdes que miraban aún con rabia.

En el ambiente, Se sentía una incomodidad masculina colectiva presente no sólo por la hermosa desnudes de la desafortunada mujer, sino por decirlo de alguna forma, por todo lo que se acababa de perder para siempre., nadie reaccionaba, sólo una anciana que se quitó la toalla que traía puesta en la cabeza logró agacharse para taparle la partes íntimas y fue cuando se dio cuenta que ésta traía al cuello una cadenita de oro de las que le ponen a los bebes y que tenía una plaquita que decía en letra cursiva: Alexandra.

Como ninguno allí Había podido aun procesar la terrible escena, sólo se limitaron a hacer reconocimiento de aquel sitio pero cuando empezó a calentar el sol tomaron la decisión de regresar al pueblo así que no faltaron los voluntarios que ofrecieron cargar el hermoso cuerpo de la que automáticamente bautizaron con el nombre escrito en la cadenita. Hasta llevarlo a la sombra del palo de tamarindo que se levanta aún imponente en el centro del cementerio del pueblo. En común acuerdo a eso de las 5 de la tarde se tomó la decisión que como nadie conocía a esta mujer, y no podía dejarse insepulta, y teniendo en cuenta que los terrenos sagrados del cementerio no costaban un peso, Gracias a la bondad de un viejo carpintero que construyó un rústico cajón,  en tan sólo una hora-, se le dio cristiana sepultura donde solo quedó un montículo de tierra que tenía encima un ramito de flores de papel descoloridas que alguien cogió de otra tumba, precedido por una mediana y asimétrica cruz de madera pintada de blanco con letritas negras que decía…
Alexandra noviembre 22 de 1989.

Desde ese día hubo hacia cementerio una curiosa peregrinación de personas que extrañamente empezaron a visitar sus muertos ya olvidados, y de paso a ver la tumba y echarle un rezo, a la pobre desconocida.

Nadie tiene certeza en qué momento alguien se le ocurrió más que rezar pedirle el favorcito a Alexandra para que esta llevara una petición al todo poderoso. Tampoco nadie sabe cómo la noticia que el correo celestial era funcional empezó a regarse por el pueblo -incluso a los pueblos vecinos, tanto que fue necesaria la intervención de un cura visitante para apaciguar en gran parte los desmanes de los fervientes creyentes.

Durante mucho tiempo las incursiones del grupo armado se fueron haciendo más frecuentes; los disparos de noche ya eran normales, la gente empezó a relacionarse con los insurgentes el miedo se fue trasformando en una rara admiración la gente armada estaban organizando el pueblo ya había ley o al menos gente que mandaba y gente que le tocaba hacer caso o sea se estratificó el poder de la pequeña sociedad.

Lo malo fue que con el tiempo la autoridad se fue convirtiendo en poder, algo así como un régimen. Volvió el miedo y la impotencia.  Las mujeres jóvenes y hermosas del pueblo comenzaron a emparentar no muy a su voluntad con los forasteros lo que ocasiono que muchos cultivadores y pescadores cautivados por los “beneficios del poder” se formasen en las filas, desde entonces nadie volvió a confiar en nadie.

Les costó vidas, tiempo y dinero a los habitantes de Zapayán recomponer su propia historia basada en un sentimiento imperfecto y no adecuado pero funcional.

En un sentimiento maleable según el momento porque cuando al tercear el café de leche por la mañana pierde importancia -ya no hay quien se lo tome, O cuando… el sillón del burro esta flojo porque las manos que lo ataron son de mujer. Entonces es porque no solo se pierde el ya famoso patrimonio inmaterial también se pierde algo ya conocido desde antaño pero que todavía no aparece en la constitución política de ningún pueblo en el mundo, él desde hoy, Estado espiritual de derecho

Parte 2 
Los Paras

Y como dice el nuevo dicho: después de la tempestad viene otra peor...Aparecieron nuevos forasteros, pero esta vez no solo incomodaban a los habitantes de vida sino también a los habitantes por apropiación. La cosa se puso tensa, si antes se dormía a las ocho de la noche, ahora la recogida era al mejor estilo de las gallinas. En medio del desconcierto de la gente ya se sospechaba que se tenía que estar de un lado o del otro, en estos tiempos los neutrales eran o enemigos o cobardes, Así que en tal caso se optó por uno de los mecanismos de protección más antiguas del planeta, la invisibilidad. Y no me refiero a mimetizarse como lo logran algunos animales e insectos, Me refiero literalmente a ser invisibles. Y la capacidad creativa de los pueblerinos en esto era tal que cuando pasaban los alzados en miedo, el pueblo parecía un pueblo fantasma ni los animales domésticos deambulaban, Pero los visitantes se sentina observados desde los innumerables hoyitos de las paredes de bahareque y las rendijas de las tablas.
La inocencia del pueblo seguía intacta así que de la misma forma como se le temía después se respetaban y más tarde se querían, se amaban se protegían a los subversivos, también así se trató a la nueva gente. Y esto se podría entender si se toma en cuenta que cada grupo de personas era una nueva y desconocida propuesta de vida para la gente del pueblo, sea cual fuese su trasfondo teorético político o social, traía desarrollo. porque si los primeros implantaron leyes que servían en mejora del diario vivir los segundos regularon la pobreza del sector, y si los primeros ayudaron a que el campo saliera a flote los segundos ayudaron a poner el pueblo en el mapa construyendo carreteras que agilizaban todo, si con los primeros era prohibido robarse el cerdo o las gallinas del vecino con los segundos no se podría sacar de la ciénaga los peses pequeños, de un momento a otro así como avían abundancia en los corrales también sobraba las riquezas de la Ciénaga. De alguna u otra forma esto se podía entender como una patria sin país y un pueblecito de pocos habitantes era ya parte de una economía en procesó en crecimiento, algo que antes no existía. Y que el gobierno jamás llevaría a ellos.
Fue tanto el cambio sufrido que hasta selección de fútbol apareció en el escenario y no cualquier selección una selección ganadora, con la camiseta del uniforme de la Argentina, para infundir respeto y la pantaloneta y las medias de la selección Holandesa, que significaba conocimiento, los pies callosos que antes corrían en el polvorín ya volaban dentro de los anatómicos casquillos de futbol  marca Niké, Y en una tremenda cancha de recién aplanada y limitada por llantas usadas, para que los burros no se metieran y marcada con Cal. se llevaban encuentro de las selecciones de los pueblos circunvecinos, en medio del jolgorio del director técnico quien con un tabaco en la boca y montado en un caballo para no cansarse corría de un lado a otro de la cancha, dando instrucciones precisas de cómo la famosa estrategia de los holandeses todos suben y todos bajan. Implantada en un mundial pasado y bien aprendido gracias pantallas en blanco y negro de los televisores, era funcional. Hoy más que nunca, y la famosa estrategia que una vez llamaron la naranja mecánica hoy la rebautizaban el Calabazo de Hierro.

Pero cuando la fama llega, se pierde la invisibilidad, Fue necesaria la visita de un candidato a la presidencia de la república, que nadie sabe cómo y para que llego al pueblo donde jamás en la vida habían votado porque nunca hubo donde. Para que el emblemático Ejercito Nacional con todo y helicópteros que zumbaban tanto que hacían que las vacas saltaran de un brinco los corrales cuando aterrizaban en la cancha de Fútbol y hasta una tremenda lancha de 6 metros de eslora con dos motores fuera de borda que revolvían el agua y atormentaban los manatíes de la Ciénaga, diera cuenta que de la importancia de que esta pequeña y desconocida porción de tierra y agua se reincorporara al país ya que tanta riqueza debería pagar impuestos lo más pronto posible. Lo que ocasiono que tambaleara la aparente tranquilidad reinante. De un momento a otro volvieron los enfrentamientos bélicos y esta vez con un tercer ingrediente… los Soldados, Aunque la cosa no fue tan terrible como pudo haber sido, afortunadamente y gracias a la reaparición de unos personajes tradicionales en las costumbres de estos pueblos, Los Palabreros., Estos lograron que existieran unos magníficos acuerdos consistentes en pequeñas diferencias de tiempo y espacio en. Algunos casos de minutos entre las visitas de los Guerrilleros los Paras y los Soldados, Incluso lograba que se le diera espera a que alguno de los tres grupos armado cuando por alguna razón involuntaria se demoraba en el pueblo para salieran a tiempo para que el siguiente entrara con tranquilidad, Como no mencionar al palabrero mayor título que le otorgaron informalmente a José María Marriaga un viejo honesto quien logro su más grande hazaña una noche cuando puso a dormir los primeros en el colegio a otros en la cancha de fútbol y a los terceros en la placita de la iglesia. Porque ninguno se quiso ir debido a que el clima lluvioso no era el mejor para las caminatas nocturnas. Mientras el pueblo dormía en una total intranquilidad.

Con los policías fue distinto, ya que era necesario mantener a el considerable número de votantes en potencia bajo una legal representatividad y con la posibilidad que el dictamen popular dejara entrever la importancia de un líder en el mejor de los casos civil.
Se ahuyentaron poco a poco los Guerrillos también los Paras y como no habían insurgentes el sector mantener el ejército en la zona resultaba algo costoso poco necesario, así que 5 Policías impecablemente uniformados se convirtieron en los nuevos mandamases del pueblo tanto que fue imprescindible adaptar en inspección la mitad del espacio habitacional de la casa que se utilizaba como Telecom, que solo ocupaba un pequeño sector de esta, y donde todo el que llamaba de otro lado del mundo dejaba la razón para que el encargado buscara por todo el pueblo al solicito y se la entregase para que fuera a entender la llamada y después le cobraban no por utilizar el servicio de hacer llamadas si no el de recibirlas a un escandaloso costo 100 pesos el minuto de conversación

Estos custodios de la ley y el orden eran una mezcla de toda la gente que había pasado en antaño por el pueblo, tenían la capacidad de persuasión de los Guerrillos con el impresionante temple de los Paras y la decisión de los Soldados.

Se levantaban tarde y se acostaban temprano, imponían el orden mientras jugaban fútbol, arreglaban las disputas mientras se bañaban en la Ciénaga. De todas formas la configuración espacial en el espíritu de la gente era como las Morrocoyas por dentro total mente adaptables al espacio y necesidades Si el caparazón del pueblo se expandía la gente era más libre pero lo que si se tenía claro en todos los rincones de la Ciénaga era el urgente reclamo por algo que no conocían y que tampoco sabían que tenían hasta que empezó a hacer falta…
Un estado espiritual de derecho intacto.

Parte 3     
 Un Final...

Y si todavía y con todo lo dicho anteriormente no me explicado de lo que para mí significa Conformación del concepto de estado espiritual de derecho y los regímenes inmateriales rurales, Es porque simplemente todo se condensa en pueblo del magdalena que ya lo vivió todo, de una forma sufrida y de una forma disfrutada algo que no se puede medir porque nada de lo que le ha pasado a interferido directamente en el plano físico de ninguno de sus habitantes porque hay lugares en el mundo que pareciese que las cosas ocurrieran en otra dimensión, la dimensión del pensamiento y del espíritu de un lugar dentro de la geografía intangible la que hoy se llama
Sencillamente…
Zapayán.





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